La fangoterapia se suma al abanico de tratamientos que ofrece el complejo. Los fangos son reconocidos por producir efectos químicos, físicos y biológicos de acuerdo a su composición y pueden utilizarse en beneficio tanto de enfermedades dermatológicas como en pieles sanas pero necesitadas de reestablecer el equilibrio óptimo.
Además pueden utilizarse como terapia complementaria en afecciones del aparato osteomioarticular, crónicas o agudas. Una de las características más influyente en su aplicación es que su poder de calentamiento o enfriamiento es bajo e inferior en relación al agua, lo que justifica y hace posible la aplicación por tiempos prolongados y a diferentes temperaturas.
La Fangoterapia se utiliza para mejorar la salud de personas que padecen enfermedades reumáticas crónicas (lumboartrosis, gonartrosis); artritis reumatoidea, fuera de su etapa aguda; afecciones musculares y tendinosas; traumatismos, afecciones agudas: utilizando fangoterapia como agente criógeno (frío); dermatitis; eczemas, acné (el fango al secarse produce un efecto astringente), y en tratamientos estéticos.